Hallé una flor
Un día en el camino
Que apareció marchita y deshojada
Ya casi pálida, ahogada en un suspiro
Me la llevé a mi jardín para cuidarla.
Aquella flor de pétalos dormidos
A la que cuido hoy con todo el alma
Recuperó el color que había perdido
Porque encontró un cuidador que la regara.
Le fui poniendo un poquito de amor
La fui abrigando en mi alma
Y en el invierno le daba calor
Para que no se dañara
De aquella flor hoy el dueño soy yo
Y he prometido cuidarla
Para que nadie le robe el color
Para que nunca se vaya.
De aquella flor surgieron tantas cosas
Nació el amor que un día se había perdido
Y con la luz del sol se fue la sombra
Y con la sombra la distancia y el olvido.
Le fui poniendo un poquito de amor
La fui abrigando en mi alma
Y en el invierno le daba calor
Para que no se dañara
De aquella flor hoy el dueño soy yo
Y he prometido cuidarla
Para que siempre esté cerca de mí
Para que nunca se vaya