Nada limpio a que jugar,
ni objetivos que cumplir;
tus ilusiones morirán...
días grises hasta el fin
y en tus ojos una luz se apaga.
Ojos tristes al mirar los mapas.
Ningún sitio a dónde ir,
ninguno al que regresar.
Nada que te haga reir,
nada que te haga llorar.
El amor de las viejas novelas
murmura un deseo a las estrellas.
Coge mi mano y duerme junto a mí;
si no te importa, me quedaré aquí
hasta el fin.
Sin mirarnos, sin hablar,
veremos el sol salir;
dulces drogas nos dirán
que hay un mar cerca de aquí.
Y en tus ojos otra vez la vida
tiembla en una vela consumida.
Y en el silencio te oigo palpitar;
siempre hay un alba en la que despertar.
Coge mi mano y duerme junto a mí;
si no te importa, me quedaré aquí.
Dulces sueáos.
Escondidos de la noche
y de los horrores negros