Te soñé en mis brazos suave como el viento
Un susurro eterno que no pude retener.
Eras mi pequeña de un mundo tan lejos
Y en mi pecho siento lo que pudo ser.
Pero te fuiste tan callada
Como mariposa en su crisálida
Sin saber cuánto amor aquí dejabas.
Te veo en la brisa que roza mis manos
En cada estrella cuando cae la noche.
Eres el silencio que en mi alma arde
Una luz suave que nunca se apaga.
Te veo... y aunque ya no estás aquí
Mi amor te acompañará hasta el fin.
Hoy siento que vuelas libre y transformada
Como crisálida que deja su ser.
Tu vuelo es mi consuelo en el aire flotas
Y aunque duele aprendí a verte bien.
Porque en el misterio de tu partida
Dejaste huellas que no se olvidan
Sombras dulces en mi vida.
Te veo en la brisa que roza mis manos
En cada estrella cuando cae la noche.
Eres el silencio que en mi alma arde
Una luz suave que nunca se apaga.
Te veo... y aunque ya no estás aquí
Mi amor te acompañará hasta el fin.
De crisálida a cielo de noche a mañana
Te veo y sé que estás en calma.
Y aunque mis brazos hoy te extrañen
Mi corazón te tiene aquí guardada en el alma.
Te veo en la brisa que roza mis manos
En cada estrella cuando cae la noche.
Eres el silencio que en mi alma arde
Una luz suave que nunca se apaga.
Te veo... y aunque ya no estás aquí
Mi amor te acompañará hasta el fin.
Te fuiste pero te quedaste aquí
En cada rincón de mí
Como mariposa en el cielo
Vuelas libre... y te veo.