Vivo enganchado de la playa revolcarme por la arena,
Enamorado de las flores, del polen, la primavera,
Disfrutaré del invierno donde las canciones queman,
Hay que saber enlazar cada frase con su poema.
Si tú me prestas tus canas yo te dejare mis temas,
Transformaré cada noche en luna de luna llena,
Recordaré hasta el día en el que me muera,
Que fui feliz, a mi manera.
Voy a salir con las manos por el suelo,
Disfrutar, la tierra susurrando entre mis dedos paz,
Salir con la mirada puesta al cielo,
Empezar a bailar, aunque pesen tus zapatos,
Recordar que el tiempo no te quita lo que tú le das,
No se me olvida que el dolor no quema, sin pensar.
Y salir, con la mirada en el cielo,
Disfrutar la tierra, susurrando entre tus dedos.
Y salir, con las manos por el suelo,
Recordar que cuando acabe, no querré dinero.
Vidas que encierran, hielos que queman, mentes con falta de paz,
Busco meterme entre medias parando las flechas que quieran tirar,
Un corazón, falto de amor, no sabe cómo brillar,
Quieres las reglas del juego, pero esto es juego que no es para jugar.
Que alguien le preste unas alas, lo vista de gala y lo saque a bailar,
Siente el calor, disfrútalo, deja tú cuerpo llevar,
Que tus zapatos pisando la arena decidan por donde pisar
Y contemplar gaviotas frente al mar.
Y salir, con la mirada en el cielo,
Disfrutar la tierra, susurrando entre tus dedos.
Y salir, con las manos por el suelo,
Recordar que cuando acabe, no querré dinero.
Y salir, con la mirada en el cielo,
Disfrutar la tierra, susurrando entre tus dedos.
Y salir, con las manos por el suelo,
Recordar que cuando acabe, no querré dinero.
Paso las horas bailando entre pájaros siguiendo el viento del sur,
La suerte siempre llega.
Tú siempre hablando del tiempo que queda para que se evapore tú luz,
Pintar de gris no vale la pena.
Paso las horas bailando entre pájaros siguiendo el viento del sur,
La suerte siempre llega,
Tú siempre hablando del tiempo que queda para que se evapore tú luz,
Pintar de gris no vale la pena.