Quizás los abrazos que protegen del miedo
traigan el roce de un remo en el agua,
y el tacto de los besos
llene la claridad la escalera de casa.
Quizás la fuerza del mar y el sentimiento
consuele a los pájaros de la madrugada
y dos cuerpos amándose
descubran la moneda de la luna en la plaza.
Y estoy contigo, estoy contigo,
estoy contigo porque pienso en ti.
Quizás baste un segundo para poder sentir
el pequeáo infinito de dos manos,
y escarbando en el cielo
aparezca la tierra que necesitamos.
Y estoy contigo, estoy contigo,
estoy contigo porque pienso en ti.