Como un aventurero,
Sin equipaje, pero con ganas de amar,
Recorrí los pasillos de nunca jamás,
Con angeles y demonios luché,
Hasta que la paz... En aquellos ojos encontré,
Mirada alegre, piel de porcelana, labios seductores
Y sus cuerdas vocales producen melodías tan suaves como la lana,
Su personalidad; ¿Como su carcasa será?
Me preguntaba, un instante, antes, de a su mundo saltar,
Debía la partida salvar,
Pero en el juego de la vida, riesgos hay que tomar,
Bella ninfa nipona que me logró cautivar,
Y con su simpatía, lo mejor de mi pudo sacar,
Poesía de mi corazón brota, al observar,
Su pelambrera que asiaduamente se va innovando,
Su fanal mirar, que poco a poco me termina por embriagar,
Estoy buscando sin cesar...
Y cada vez que la encuentro, el reloj comienza a sonar,
Tic, tac, tic, tac...
Sus ojos, tan alegres son atalayas,
Que en la busqueda de su respiración me logran guiar,
El deseo de ser enrollado por sus brazos,
Es el comburente, para por nunca jamás... Su presencia buscar,
Me animo a urgar, entre su belleza,
Sin equipaje, la voy a buscar,
Tratando de encontrar...
Su amor, amor, amor,
Y fugazmente,
Esquibando el dolor, sus labios intento rozar,
Pero el maldito reloj, empieza a chillar,
Me animo a urgar, entre su belleza,
Sin equipaje, la voy a buscar,
Tratando de encontrar...
Su amor, amor, amor,
Y fugazmente,
Esquibando el dolor, sus labios intento rozar,
Pero el maldito reloj, empieza a chillar...