Estoy mirando mi vida
En el cristal de un charquito
Y pasan mientras medito
Las horas perdidas,
Los sueños marchitos.
Y están tus ojos queridos
En el espejo de barro,
Fantasmas de mi cigarro,
Reproche y olvido,
Condena y perdón.
Vuelven tus ojos lejanos
Con el llanto de aquel día.
Pensar que puse en tus manos
Una culpa que era mía.
Pensar que no te llamé
Y me alegré
Mientras estabas penando,
Pensar que no te seguí
Y me reí
Cuando te fuiste llorando.
Y hoy que no vale mi vida
Ni este pucho de cigarro,
Recién sé que son de barro
El desprecio y el rencor.
Así,