Creés que te entierra quien baja la pala mi amor no me dejes esperando tus besos. Me sirve el sol y la lluvia en el cuerpo quizás las horas amargas me dejen. Preciosa no sé dónde puedo llevarte venimos del polvo y al polvo volvemos. Mordé esa mano que ahoga tu dicha safá ante esas miradas ortivas. la careta pesa... yo me tiro nena... el mundo no espera... no! Cuidá que ese ocio no se haga costumbre salud, nunca digas el tiempo me basta.