Cuando era un bambino
yo soáaba con llegar.
loco de ambiciones
todo el mundo a conquistar,
sin saber que luego iba a sufrir
aquel beso, que al partir,
me dejara sin hablar.
¡Oh, mia bella Italia!
Muchas veces te aáoré.
¿Dónde está mi madre?
¿Por qué ingrato la dejé?
¿En qué muelle, acaso, aguardará,
o en qué barco llegará?
¡Para qué la esperaré!
¡Oh, mama mía!
¡Qué lejana estás!
Dime en qué puerto
tú me esperarás.
¡Oh, mama mía!
¿Te recuerdas de mí?
Y nunca he dejado
de rogar por ti.