[ Featuring Resplandor ]
El hierro, amigo. Ese sabor, no puedes imaginarlo, está aquí́, es real y es tuyo. ¿Y qué importa? Hace mucho eres un cadáver, una carne que anda sin alma, una especie de muerto viviente que cubre con perfume barato su propia descomposición. Si, ¡Ya nos conocemos! en la mirada triunfante del vagabundo que recorre el mundo sin agendas, sin mapa, en la silueta desdibujada en la noche, del perro sin amo, invitándote a sentirte dueño del mundo sin poseer nada más de lo que posees ahora en tu último respiro, invitándote a perseguir aromas todo el día, ese era yo y cuando sentiste envidia al saber que no tendría que ver un jefe asfixiante, ni rendirle cuentas a nadie, ni correr con los demás muertos vivientes en la mañana esos éramos tu y yo, nosotros, juntos.