Las letras de tu nombre se quedaron trabadas
En la máquina de escribir,
Y en un café de la Veintitrés me puse a llorar
Porque no me acordaba de ti.
Fui paracaidista en Longina, turista en La Habana,
Y a ratos feliz.
Y no me acordaba de ti,
No me acordaba.
No me acordaba de ti,
Tengo el corazón de hojalata.
Hay una cometa enganchada
En el tendido de la luz.
Aún es tarde, no pasa nada si miento
En esos cuentos que te inventas tú.
Soñé que me importaba perderlo,
Llamé al diablo y no le ví venir.
Prendí la mecha y no me acordaba de ti.