Llegas sin querer y cambias todo, lodo bajo mis pies y lluvia fresca.
Me retas cada día a ser feliz, haciéndome olvidar, haciéndome reír.
Eres nube en el cielo, eres tren en la estación, poema de antología, latido de un corazón.
Me he acostumbrado a quererte, como se quiere la vida.
Abres y cierras heridas, Y me hacen temblar tus besos si saben a despedida.
Dime qué te hace llorar, di qué te inquieta, tú que sabes soltar con tu sonrisa los nudos que me aprietan, que no te roce el aire, ni una brisa.
Te miro y tienes todas las respuestas, tu voz son mil orquestas tocando esta canción.
Mientras yo me muevo al son de tu mirada, la luna está apagada, y no me importa el sol. Porque tú eres luz de luces, sol de soles, domingos de teatro, flores en los balcones.
Porque tú eres la mejor de mis razones.