Si nunca pudiste disfrutar
Los dulces sabores del amor
Si jamás lograste descifrar
Los signos notorios alrededor
Y no alcanzar a vislumbrar
La oscuridad visible
Y no dejarse deslumbrar
Por el opaco resplandor
Si nunca intentaste desestimar
Las sinrazones de tu obstinación
Si jamás quisiste confrontar
La soledad en tu interior
No debes culpar a nadie
No puedes culpar a nadie más
Siempre está en la propia mano
La daga que nos hace sangrar
Y echar de menos con pesar
Todo lo que perdimos
Y reclamar la propiedad
De lo que no tuvimos
Lo que nunca dimos
Y quieres respirar
Profundo bajo el mar
Insistes en sanar
Tus heridas con sal
Y regresar a aquel lugar
Donde nunca estuviste
Y abandonar el sitio aquel
Del que nunca te fuiste