Estaba la mujer que yo quiero
De espaldas, apoyada en la barra
Bebía despacio de una jarra
Llena de licor
Me acerqué a ella con paso ligero
Le soplé una canción al oído
Se giró con aire distraído
A ver su reloj
Levantó sus ojos a mis ojos
Y torció sus labios complacida
¿Me indicas, por favor, la salida?
Me quiero marchar
Señalé a la puerta y sus dos rojos
Zapatos de charol se movieron
Sus manos me agarraron, dijeron
"Vente a disfrutar"
Salimos del bar
Cogidos bajo la madrugada
Viernes a las tres
Dispuestos a soñar
Que no existe la gente casada
Ático con vistas a la luna
El champán acompaña a la risa
Despacio, me quitó la camisa
"Vamos, va a zarpar"
Sentimos oleadas de espuma
Noté la sal del mar en sus labios
La sed se apoderó de mis manos
No quise parar
Un sábado de cielo sonriente
Al lado de una rubia soñaba
Que con ella jamás despertaba
Del juego de amar
Me gustó, me gustó realmente
¿Todavía te encuentras sin ropa?
Por favor, me apetece estar sola
Al desayunar
Salimos del bar
Cogidos bajo la madrugada
Viernes a las tres
Dispuestos a soñar
Que no existe la gente casada
"Volveré, si es que quieres que vuelva"
Se escapó de mi estúpida boca
Sabía que mi suerte no era poca
Pero quise más
Un "quizás" obtuve por respuesta
Junto a un beso de fuego y veneno
Y, sabed, que me supo tan bueno
Que me volví al bar
Salimos del bar
Cogidos bajo la madrugada
Viernes a las tres
Dispuestos a soñar
Que no existe la gente casada
Que no existe la gente casada
Que no existe la gente casada