¡Padre, qué haces! No me pegues solo
por haber roto ese jarrón
padre, ha sido sin querer,
él no escucha y le vuelve a meter
un tirón del pelos le levanta del suelo
¡una ostia en la cara!
¡Solo tengo nueve aáos! grita el txabal
encogido en un rincón,
intenta taparse de los golpes,
ke le llueven por todos los lados.
Tienes ke entenderlo, sí, ya lo voy
cogiendo, el daáo que
me hacéis es por mi bien
y entonces, ¿por qué quiero morir?
Siento náuseas de mis padres, me ostian
por cualquier cosa, ¡no sé qé hacer!
Dicen, te lo mereces, así aprenderás,
yo solo he aprendido a odiarles ¡a odiarles!
El daáo ke me hacéis es por mi bien,
todo ésto es sólo por mi bien,
no me acostumbro a que me peguéis,
me matxakéis y me pisoteéis,
ke me anuléis, manipuléis,
ya no lo aguanto más ¡no lo aguanto!