Voy a cantar un corrido, de dos caballos ligeros, de fama internacional; de un prieto de Mexicali, que le decian el indio, un alazán de Agua Prieta, que le decian el tío juan. Desde Baja California, vino el indio hasta Sonora, a correr con el tío juan, y al presentarse le dijo: -seguro estoy de ganarte, el polvo que yo alevante, te lo tendrás que tragar. Hermenes Garcés andaba, de interventor del contrato, de la puesta principal; que sobró mucho dinero, que nadie quiso taparle, porque le tuvieron miedo, al indio esa es la verdad. Por fin llegó aquel momento, y la puerta de los yutis, se abrieron de par en par; se vinieron los caballos, casi venian volando, y el indio corrió tragando, el polvo que hizo el tío juan. Hipódromo Club de Leones, de tí me estoy despidiendo, porque el indio ya se vá; que se despide muy triste, al ver que se ha equivocado, siendo el tío juan tan chaparro, y no le pudo ganar. Vuela, vuela palomita, con rumbo a hacia Mexicali, ve y cuentales la verdad, dile a Indalecio Martínez, que el tio juan, le da el desquite, para que venga y le quite la costumbre de ganar. Autor: Leonardo Yaáez